En la actualidad, el número de personas que viven en zonas urbanas ya supera a la población que habita en entornos rurales, una brecha que va a seguir incrementándose en las próximas décadas, en 2050 serán 2 de cada 3 habitantes los que residan en áreas urbanas. Este gran movimiento demográfico ya está suponiendo un reto para la estructura de las ciudades, que tendrán que adaptarse a esta nueva realidad desarrollando o modernizando sus infraestructuras sirviéndose de los avances tecnológicos. Transformando las ciudades actuales en Smart Cities.
Las iniciativas de construcción de ciudades inteligente requieren la cooperación de los múltiples departamentos que intervienen en su desarrollo: movilidad, conectividad, sostenibilidad y seguridad, sin obviar la gestión de costes y fuentes de financiación limitadas. La existencia de múltiples aspectos de gestión puede obstaculizar la clasificación de prioridades. En este punto entra en juego la figura del Project Manager, que tiene en cuenta aspectos clave como el medio ambiente o la relación entre habitantes e instituciones públicas para el correcto desempeño de la misión.
Retos a los que se enfrentan las Smart Cities
El objetivo de la Smart City es mejorar la vida de sus residentes utilizando herramientas de gestión, como salud, urbanismo, seguridad, movilidad o eficiencia energética, que favorecen el bienestar de la población, y herramientas tecnológicas avanzadas, como la implantación de sensores capaces de recabar datos (Big Data), Internet de las Cosas (IoT), implantación de redes 5G o la creación de nuevos materiales de construcción más sostenibles y menos dañinos con el medio.
El principal reto al que se enfrenta una ciudad inteligente es contar con un equipo de gestores que sean capaces de ejecutar las soluciones necesarias para hacer frente a la complejidad del proyecto, que sigue un proceso evolutivo hasta conseguir alcanzar las metas definidas. Los principales retos a los que se enfrenta la Smart City:
- La movilidad como mayor desafío: Conseguir una ciudad con menor presencia de coches en las calles y un sistema de movilidad limpio, sostenible y eficaz es el mayor reto al que se enfrentan los gestores de las ciudades inteligentes. La necesidad de establecer infraestructuras adecuadas a la demanda creciente de la población, adaptar el parque móvil hacia modelos sostenibles, monitorizar semáforos para eliminar los atascos y dar protagonismo a los residentes con la peatonalización de calles son algunos aspectos a tener en cuenta.
- Mejorar el ahorro energético y la eficiencia de los edificios: Conseguir la eficiencia en la generación, distribución, consumo y reutilización de energía tanto en la ciudad como en los hogares está en la agenda de multitud de países. Monitorizar la temperatura de los edificios, controlar los suministros de luz y agua, generar únicamente energías renovables o detectar los niveles de basura para optimizar la recogida de residuos son acciones que toda ciudad inteligente tiene que saber gestionar.
Los edificios verdes ayudan al aislamiento, a la producción de oxígeno, son capaces de absorber CO2 y captan la luminosidad, maximizando el uso de recursos necesarios. - Favorecer la conectividad: El Project Manager tiene que tener en cuenta la conectividad que se va a aplicar en la Smart City para crear una red adaptada y segura. Es importante elegir la red que mejor se adapta al modelo de ciudad y los servicios que se implementen.
- Adaptarse a la reglamentación cambiante: Entre las tareas del Project Manager está adaptarse a la reglamentación de cada ciudad, región, estado o unión económica. Coordinar infraestructuras y servicios independientes entre sí para adaptarlos a un funcionamiento común es un reto que requiere del esfuerzo de todas las instituciones involucradas. Lograr la cohesión social entre ciudadanos y administraciones es la clave para el éxito de la Smart city.
- Distribución basado en el Last Mile: Para evitar el problema de la distribución, la congestión de tráfico y las emisiones de CO2 es importante la integración del método del Last Mile en las ciudades. La última milla favorece la entrega de los productos adquiridos en e-commerce, en vez de grandes almacenes, las empresas optan por pequeños almacenes en los centros urbanos que favorecen las entregas rápidas, quedando en puntos estratégicos los grandes centros logísticos.
- Costes y Financiación: Partiendo de la premisa de que convertir una ciudad convencional en Smart City es mucho más costoso que construir una nueva ciudad, los costes y la financiación son un reto mayúsculo.
Las ciudades inteligentes tienen que implementar una extensa red con costosos componentes, servirse de los datos ofrecidos por los propios ciudadanos, redes sociales y aplicaciones es una forma de abaratar costes en implementación de sensores.
Los Project Management encargados de deben poder gestionar los activos de la ciudad mediante el seguimiento, monitorización y mantenimiento de espacios, instalaciones, edificios y activos para asegurar su viabilidad.
Ante el crecimiento imparable de las ciudades son muchos los desafíos que deben afrontar los planificadores de las ciudades inteligentes. Contar con la tecnología adecuada es clave para lograr la eficiencia y sostenibilidad necesaria para garantizar el éxito en proyectos tan complejos.